miércoles, 25 de julio de 2012

Caminar hacia una educación reparadora

Quilumpa, Santiago del Estero.
Llegando el cierre de esta primer etapa del blog, quiero contar que lo que intenté hacer fue un simple "pantallazo" acerca algunos temas que me parecían que se vinculaban con la educación rural y, en especial, con los parajes que fui a misionar en Añatuya. Creo que no puedo elaborar una conclusión al respecto que dé una solución o una mejora, porque creo que el tema requiere de un ir "haciendo camino". Lo que sí creo es que, en este ir "haciendo camino", una de las maneras de abordar la educación en los parajes que conocí es desde una "educación reparadora". Plantear una educación que repare brechas, que sea camino de inclusión. Y quiero terminar con lo siguiente:
"La educación desde su sentido reparador nos impulsa a trabajar con más empeño para dignificar la vida de nuestros hermanos. Reparando la falta de confianza en sí mismo y la capacidad de aprender significativamente explorando los talentos que habitan en cada persona."

domingo, 10 de junio de 2012

"Procuren enseñar a un niño lo que es útil para su edad"

Es necesario plantear la educación teniendo en cuenta la necesidad individual; Es importante partir de la diversidad y educar teniendo en cuenta las características de cada alumno. Una de las cosas que plantea Rousseau en "Emilio" es la de procurar enseñar a un niño lo que es útil para su edad. Plantea entonces la necesidad de poder personalizar la educación dependiendo de los ritmos de cada niño, de su edad y de sus capacidades. 
Me parece importante tener en cuenta esto a la hora de querer plantear un cambio en la educación en Añatuya. Para mejorar la educación de esos parajes no tenemos que imitar alguna escuela considerada "buena" de Capital Federal y llevarla a suplantar la Escuela Nº 938. Sino, partir de esa misma escuela, de las necesidades y características de cada alumno y más, de cada persona, del ambiente cultural en el que están insertos y desde ahí, desde esa realidad, plantear un proyecto para mejorar la calidad educativa. 
El Hoyo, Santiago del Estero.
Es conveniente que un hombre sepa muchas cosas cuya utilidad no puede comprender un niño, ¿Pero necesita o es posible siquiera que aprenda un niño todo lo que importa que sepa el hombre? Procuren enseñar a un niño todo lo que es útil para su edad, y se darán cuenta de que es más que suficiente para llenar su tiempo ¿Por qué quieren, en detrimento de los estudios que actualmente le convienen, aplicarle los de una edad a la cual es incierto haya de llegar? Ustedes me dirán: ¿Habría tiempo para aprender lo que debe saberse cuando llegue el momento de hacer uso de ello? No lo sé, pero lo que sí sé es que no es posible aprenderlo antes, porque la experiencia y el sentimiento son nuestros verdaderos maestros, y el hombre nunca sabe lo que le conviene más allá del círculo en que se ha desenvuelto. El niño ha de llegar a hombre; todas las ideas que del estado de hombre puede forjarse resultan para él motivos de instrucción, pero acerca de las ideas de este estado, las cuales exceden a su capacidad, debe permanecer en absoluta ignorancia. Todo mi libro no es más que la prueba ininterrumpida de este principio de educación. 
Fuente: Rousseau, Emilio o de la Educación.

jueves, 7 de junio de 2012

Vencer la desnutrición es mejorar la educación

El problema de la desnutrición infantil es uno de los más graves en la diócesis de Añatuya. Más allá de las carencias en la condición educativa de estas escuelas rurales que van desde: no tener un libro de texto hasta no poder asistir a la escuela, la mala alimentación es una de las causas más profundas de la "mala" educación. 
Desde los pocos parajes que conozco de la diócesis: Lilo Viejo, Libertad y El Hoyo, puedo afirmar esto recordando las visitas a las casas que solemos hacer con el grupo misionero. Tema recurrente de todos los padres y las madres es el de la problemática educacional: que no haya escuela secundaria, que el director de la escuela no esté realmente comprometido, que un día haya maestro y al otro no, que los chicos no tengan acceso a libros y otras cosas más... son temas que uno escucha repetir en la mayoría de las casas. 
Quizás muchos padres ignoran que la alimentación es también una de las claves para mejorar a largo plazo la educación de sus hijos. Quizás algunas familias sean más concientes de esto y quieran mejorarlo. Así, mientras los padres trabajan en el monte, algunas madres se dedican a organizar el comedor de la escuela. Ellas van por turnos a cocinarles a los chicos, consiguen algunas donaciones y hasta a veces ponen una persona específica que se encargue de la comida del medio día. 
Sin embargo, más allá de que algunos sean más concientes que otros, la mayoría de estas familias carecen de recursos necesarios para darles a sus hijos una buena nutrición que se transforme en el sustrato de su "buena" educación. 
El siguiente texto es de una Asociación Civil que trabaja en Añatuya desde el 2006 llamada "Haciendo Camino". Uno de sus trabajos en la zona fue un Centro de Prevención Contra la Desnutrición Infantil y Promoción Humana en el Barrio La Merced Añatuya, Santiago del Estero. 

El Hoyo, Santiago del Estero.
Fundación CONIN: Invertir en inteligencia 
Si vamos a hablar de educación, es fundamental tener en cuenta que debemos preservar el cerebro, ya que podemos tener la mejor semilla del mundo, pero si no tenemos un “sustrato”, una tierra adecuada donde sembrarla, nunca germinará, o lo hará muy precariamente. El sustrato en el que debemos “sembrar” la educación, sería el cerebro. Mientras mejores sean sus condiciones, tanto mejores serán los resultados. Sin cerebro no hay educación posible; sin sustrato, sin tierra preparada, no hay semilla que germine. 
Los estragos que provoca la desnutrición que se padece en la primera infancia son los más lamentados por una sociedad, ya que en esta etapa el mayor impacto lo sufre el cerebro. La suerte del sistema nervioso central está determinada en los primeros 14/18 meses de vida. Si durante este tiempo, el niño no recibe una adecuada ingesta de nutrientes y estimulación adecuada, se transformará en un débil mental. 
“Hay que hacer con la vida, como un arquero que tiene un blanco”, decía Aristóteles; pues bien nuestro blanco debería ser proteger el cerebro de los niños en el vientre materno, y en los primeros 18 meses de vida, ya que es en ese tiempo cuando se sella la suerte del sistema nervioso central (SNC). La principal riqueza de un país, es su capital humano, y si ese capital está dañado, el país no tiene futuro. Luego la educación hará la diferencia. Solo con educación, nuestra gente tendrá salidas laborales dignas. Vivimos aquí y ahora para hacer grandes cosas juntos, y es necesario entender que para salir de esta grave crisis, los gobiernos, junto con las ONG, y la comunidad toda, debemos trabajar. Ninguno de estos tres actores individualmente podría. 
La nutrición adecuada 1º y la educación, después, debería ser una definitiva política de estado. El valor agregado de cualquier individuo, en este mundo competitivo y globalizado, es sin duda la educación, pero antes será necesario entender que es fundamental preservar el cerebro.
Fuente: http://haciendocamino.org.ar/

lunes, 4 de junio de 2012

"El cuidado de la instrucción es amor" (Sab 6, 17)


Libertad, Santiago del Estero.
En la dimensión eclesial se fundamenta también la característica de la escuela católica como escuela para todos, con especial atención hacia los más débiles. La historia ha visto surgir la mayor parte de las instituciones educativas escolares católicas como respuesta a las necesidades de los sectores menos favorecidos desde el punto de vista social y económico. No es una novedad afirmar que las escuelas católicas nacieron de una profunda caridad educativa hacia los niños y jóvenes abandonados a sí mismos y privados de cualquier forma de educación.
Fuente: Congregación para la educación católica, la Escuela Católica en los umbrales del Tercer Milenio. 

Caminando a la escuela

Un simple testimonio de dos maestras que refleja algo de la realidad vivida allá: 
Libertad, Santiago del Estero.
 Un día en la escuela Nº 696:
El lunes 20 de agosto partimos para Santiago del Estero.
Llegamos a Añatuya luego de 10 horas de viaje en auto y allí pasamos la noche. Al día siguiente tardamos alrededor de una hora en llegar a la escuela que queda en Los Juries a 60 km de Añatuya. Nos recibieron con una muy cariñosa bienvenida. Los alumnos nos esperaban con gran impaciencia. Algunos se acordaban de nosotros del viaje anterior. Fue un día de fiesta para “compartir” entre dos comunidades educativas tan lejanas y tan diferentes. De eso nos enriquecimos: “de las diferencias”.
Los alumnos de esta escuela no son niños comunes. Son niños que en sus casas tienen que trabajar a la par de los adultos. Ayudan a levantar la cosecha de algodón, cuidan animales como cabras u ovejas, cortan leña, etc. No tienen computadora, ni televisión, ni juegos de mesa, ni libros, ni juguetes. Por eso, la escuela es muy importante para ellos, porque se divierten aprendiendo y jugando con otros chicos. Respetan muchísimo a sus maestros y sus cuadernos y trabajos son sumamente prolijos mostrando una gran dedicación. Caminan kilómetros (o van en bicicleta o en burro) para llegar a la escuela, con frío o con intenso calor. Estos chicos quieren y cuidan a su escuela. No faltan a clase salvo que sus padres los necesiten para trabajar. Compartieron con nosotros su escaso alimento, también un partido de fútbol y juegos. Nos mostraron el orgullo que sienten por su cultura con sus bailes y zapateos. Se sorprendieron por primera vez ante una computadora que les mostraba las fotos que les habíamos sacado. Los maestros también tienen una vida difícil. Viven lejos, por eso se quedan de lunes a viernes en la casa de un vecino y van a ver a sus familias los fines de semana. Hacen un gran esfuerzo para conseguir útiles, alimentos y materiales para el mantenimiento del edificio. Por la tarde volvimos a Añatuya y al día siguiente emprendimos nuevamente el largo viaje de vuelta. Hay mucho por hacer por estos niños santiagueños, mucho que aprender de ellos (...)
María Julia y Mónica
Fuente: http://escuela696.blogspot.com.ar/

Integrar desde la diversidad y desigualdad

Libertad, Santiago del Estero.
(...) Desde mi punto de vista, educar en la diversidad significa ejercer los principios de igualdad y equidad a los que todo ser humano tiene derecho, lo que conlleva desarrollar unas estrategias de enseñanza-aprendizaje que personalicen la enseñanza en un marco y dinámica de trabajo para todos. Educar para la diversidad expresa el matiz de educar para una convivencia democrática donde la solidaridad, la tolerancia y la cooperación estén presentes y caractericen las relaciones entre los alumnos dentro y fuera del aula; se trataría de ser ciudadanos capaces de valorar y vivir con el que es diferente por razones personales, sociales y religiosas.
Educar en la diversidad requiere, pues, “reconocer la desigualdad de partida de las oportunidades de las distintas personas y de los grupos sociales, a la vez que exige el reconocimiento de valores, normas, intereses y saberes invisibles para la escuela. De aquí la necesidad de lograr que valores como el respeto a los demás, el compartir, la relativización de los propios puntos de vista ante criterios asumidos democráticamente por el grupo, el sentido de equidad, entre otros, se conviertan en factores integrantes del propio proceso” (Rué, 1998, 24).
Fuente: "Sobre la atención a la diversidad", Pilar Arnaiz Sánchez.